
EL SEÑOR ES MI PROTECTOR, MI DIOS Y MI ROCA

LAS RIQUEZAS PROCEDEN DE DIOS
Nosotros fuimos creados con deseos

“Dios es quien hace nacer en nosotros los buenos deseos, y es Él quien nos ayuda a llevarlos a cabo” (Filipenses 2:13, Biblia Dios Habla Hoy). “Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4). Dios nos concede los deseos de nuestro corazón, amén.
Debido a que los sermoneadores enfatizan el lado negativo del deseo, la gente suprime sus ambiciones, rechaza toda idea de éxito y desalienta todo deseo de poseer y disfrutar de una vida mejor.
Una de las doctrinas cardinales del hinduismo es suprimir todo deseo de cualquier bendición, posición, felicidad o éxito en la vida. Enseñan que somos producto de la suerte o del destino, y que debemos aceptar con resignación cualquier estado en que nos encontremos.
Buda enseñó que los seres humanos podrían lograr un nivel de control mental en el cual todos los deseos de la vida quedarían neutralizados y las raíces del deseo morirían. A este estado lo llamó “Nirvana”, o estado libre de todo deseo.
Pero el anhelo de llegar a este estado de despojarse de todo deseo es desear en sí; de hecho, es tan intenso que una persona puede pasar toda la vida luchando en una búsqueda mental desesperada por lograr alcanzar este paraíso de neutralidad. Es como si tratáramos de curar el dolor de cabeza deshaciéndonos de la cabeza.
Nosotros fuimos creados con deseos. David dijo: “Mi corazón y mi carne claman al Dios vivo” (Salmo 84:2); y en el Salmo 63:1 dice: “Mi alma tiene sed de Dios, mi carne lo anhela”; también afirmó: “¿A quién tengo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra” (Salmo 73:25).
Nuestro espíritu anhela a Dios; anhela tener paz, tranquilidad, significado y logros. Nuestra carne desea las provisiones físicas y materiales: el agua, los alimentos, el aire, la comodidad, el éxito, los bienes, la abundancia, la salud, la felicidad y la autorrealización que Dios ha creado para nosotros.
Si estos deseos son suprimidos y no se nos permite motivarnos, moriremos en la nada y el vacío, sin propósito ni significado. Los buenos deseos, “Dios los hace nacer en nosotros y nos ayuda a llevarlos a cabo” (Filipenses 2:13, Biblia Dios Habla Hoy).
Desee los deseos de Dios, crea que es la voluntad de Dios concedérselos; crea que esa es la voluntad de Dios para su vida y actúe apoyado en la fe en Dios y Su Palabra, y verá la realización de los deseos de su corazón.
¡DIOS ES BUENO, GENEROSO Y AFLUENTE; ÉL ES NUESTRO PADRE!