
CÓMO DERROTAR AL ESPÍRITU DE HERODES

Nosotros fuimos creados con deseos
EL SEÑOR ES MI PROTECTOR, MI DIOS Y MI ROCA

VERSÍCULO DE LA SEMANA ANTERIOR: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57)
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: “Yo conozco tus obras, he aquí, que he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombres” (Apocalipsis 3:8).
PREGUNTAS INTRODUCTORIAS
Según (1 Corintios 7:17) ¿Cuál es la orden que el Espíritu Santo a través de Pablo le da a la iglesia?
R/ QUE CADA UNO COMO EL SEÑOR LE REPARTIO, Y COMO DIOS LLAMO A CADA UNO, ASÍ HAGA
¿Qué debe hacer el que fue llamado siendo incircunciso? (1 Corintios 7:18)
R/ NO CIRCUNCIDARSE
Según (1 Corintios 7:19) La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, entonces, ¿Qué es lo importante?
R/ GUARDAR LOS MANDAMIENTOS DE DIOS
Respecto a la vida conyugal, ¿En qué estado debe quedarse el creyente en Cristo? (1 Corintios 7:20)
R/ EN EL ESTADO EN QUE FUE LLAMADO
¿Qué debe procurar el que fue llamado siendo esclavo? (1 Corintios 7:21)
R/ SER LIBRE
EL SEÑOR ES MI PROTECTOR, MI DIOS Y MI ROCA
Introducción: La historia de Rut la Moabita es un testimonio de fe, fidelidad y de protección divina. Rut era una mujer desprotegida, viuda, en extrema pobreza y extranjera en la tierra de Israel. Sin familia ni apoyo, vivía en una condición de postración, enfrentando un trabajo humillante y arduo para una mujer en aquella sociedad. En un mundo donde ser viuda y extranjera significaba estar indefensa y vulnerable, Rut encontró refugio en Dios.
I. LA DECISIÓN DE SEGUIR Y DEPENDER DE DIOS
Cuando su suegra Nohemí decidió regresar a Belén, Rut tomó una decisión valiente y llena de fe. Rut 1:16: Pero Rut respondió: —No me pidas que te deje y regrese a mi pueblo. A donde tú vayas, yo iré; dondequiera que tú vivas, yo viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios.
Rut confió en el Señor, dejando atrás su pasado, sus costumbres, sus estructuras pensantes, modo de vida y creyó en un futuro mejor bajo la protección de Dios.
Dios usó a Booz, un hombre justo y dueño del campo donde Rut trabajaba recolectando espigas para alimentarse y ayudar a Nohemí. Booz no solo tuvo amor por Rut, sino que también mostró compasión y cuidado, asegurándose de que ella pudiera trabajar sin ser molestada.
Rut 2:15: Rut 2:15: Cuando Rut regresó a trabajar, Booz ordenó a sus trabajadores: —Déjenla recoger espigas aun entre las gavillas, y no se lo impidan. Booz le otorgó protección, es lo que el Señor hace con nosotros: nos cuida, nos honra y nos provee en nuestra necesidad.
II. JESUCRISTO NUESTRO REDENTOR Y PROTECTOR
Booz es una figura de Jesucristo, nuestro Redentor. Así como él protegió a Rut, Jesús nos protege a nosotros. Él es el dueño del terreno de nuestra bendición y nos permite descansar en sus pastos. Jesús ha dado órdenes a sus ángeles para que nos cuiden y eviten que seamos avergonzados. Visualiza a Jesús diciendo: «Cuiden de mi hijo, de mi hija, porque me pertenecen. Trátenlos con respeto y no los avergüencen, pues los amo y los he comprado con mi propia sangre.»
Salmo 94:22 NVI: Pero el SEÑOR es mi protector, es mi Dios y la Roca en que me refugio. Dios nos defiende en todo momento. El Señor es nuestro refugio en medio de la tormenta. No importa si enfrentamos problemas financieros, enfermedades, conflictos o persecuciones; Dios es nuestro protector.
Romanos 8:31: ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?. Nada ni nadie que se levante contra nosotros podrá prevalecer porque Dios es nuestro defensor.
III. DIOS HACE JUSTICIA A SU TIEMPO
Isaías 54:17: Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá, dijo Jehová. El enemigo intentará atacar nuestra fe con mentiras, miedo y acusaciones, pero Dios es quien pelea nuestras batallas.
Éxodo 14:14: El SEÑOR mismo peleará por ustedes. Solo quédense tranquilos. Cuando enfrentamos ataques espirituales o injusticias, no debemos luchar con nuestras propias fuerzas, sino dejar que Dios sea nuestro defensor. Su poder es ilimitado y su justicia perfecta.
Conclusión: Salmo 37:5-6: Entrega al SEÑOR todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará. Él hará resplandecer tu inocencia como el amanecer, y la justicia de tu causa brillará como el sol de mediodía. Muchas veces enfrentamos injusticias en el trabajo, la familia o en cualquier entorno. Pero Dios promete hacer justicia a su tiempo. Así como José fue vendido injustamente por sus hermanos y luego elevado a gobernador de Egipto, Dios hará justicia en nuestras vidas. No debemos buscar venganza, sino confiar en que Él siempre actúa en el momento perfecto y a su manera. Confía en el Señor! Él es tu refugio y tu defensor.