
EL FRUTO DEL ESPÍRITU: PACIENCIA, BENIGNIDAD Y BONDAD

VISIÓN, DETERMINACIÓN Y POSESIÓN
EL FRUTO DEL ESPÍRITU: FE, MANSEDUMBRE, TEMPLANZA

Texto Principal: Gálatas 5:22-23 DHH.
Introducción: Solo el Espíritu Santo puede producir el Fruto, y no los esfuerzos humanos. El fruto del Espíritu Santo es uno solo e indivisible. Cuando el Espíritu Santo controla completamente la vida del creyente, produce este resultado. Las primeras tres virtudes conciernen a la actitud hacia Dios, el segundo grupo tiene que ver con nuestras relaciones sociales, y el tercer grupo describe los principios que guían la conducta cristiana.
(Gálatas 5:25) “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. Vivir conforme al Espíritu es someternos a la dirección y capacitación del Espíritu Santo, y ocuparnos de las cosas de Dios. Es vivir en todo tiempo en la presencia de Dios, confiando en que Él nos dará la ayuda y la gracia necesarias para realizar su voluntad en y por medio de nosotros.
I. FE- FIDELIDAD
El fruto de fe es diferente del don de fe. La Biblia dice acerca del fruto del Espíritu (uno de los cuáles es la fe). En el griego original, este fruto de fe no es llamado fe, sino “fidelidad”. (Gálatas 5:22-23 DHH) “En cambio lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad, y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley”.
- La Fe para salvación, es el Espíritu Santo revelándonos a Cristo como nuestro Señor y Salvador que a la vez nos da la convicción de pecado y nos dirige a la salvación. La fe por medio de la cual somos salvos es un don de Dios. Nos es impartida a través de la Palabra: (Romanos 10:17) “Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios”; (Efesios 2:8) “Porque por gracia sois salvos Por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”.
- La Fe general, la posee todo creyente. (Romanos 12:3) “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”.
- El don de fe – o fe especial es una manifestación sobrenatural del Espíritu Santo, la cual es impartida después del bautismo del Espíritu Santo así como el Espíritu quiere.
- El fruto de fe –fidelidad- viene después de la salvación. El fruto de fe los produce el Espíritu Santo en nuestro espíritu regenerado.
- Las manifestaciones del Fruto del Espíritu son para el desarrollo de nuestro carácter, los dones del Espíritu son para producir poder en nuestra vida.
- El fruto es algo que crece. La fe – o fidelidad – es un fruto que crece en el cristiano para establecerle el carácter espiritual.
II. MANSEDUMBRE- HUMILDAD
La palabra griega es ‘prautes’, es decir, moderación acompañada de fortaleza y valor; describe a una persona que puede enojarse cuando se necesita el enojo y ser humildemente sumisa cuando se necesita la sumisión (2 Timoteo 2:25) “Que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad”. (1 Pedro 3:15) “Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”.
- La mansedumbre del Señor Jesucristo. (Mateo 11:29) “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallareis descanso para vuestras almas”. (Marcos 3:5) “Entonces mirándolos con enojo, entristecido por la dureza de corazón, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana”.
- La mansedumbre de Pablo. (2 Corintios 10:1) “Yo Pablo os ruego por la mansedumbre y ternura de Cristo, yo que estando presente ciertamente soy humilde entre vosotros, mas ausente soy osado para con vosotros”. (Gálatas 1:9) “Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: SI alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema”. (2 Corintios 10:4-6) “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento ala obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.
- Moisés era manso, más que todos los hombres. (Números 12:3) “Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”.
III. TEMPLANZA- DOMINIO PROPIO
Templanza, palabra griega ‘agkrateia’, se refiere al dominio de las propias pasiones y deseos, incluso la fidelidad a los votos nupciales; también la pureza. (1 Corintios 9:25) “Y todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible”.
Conclusión: No hay restricción alguna a la manera de vivir que se describe en Gálatas 5:22-23. Los creyentes debemos practicar diariamente estas virtudes una y otra vez; no existe ninguna ley que nos prohíba vivir según estos principios.