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            EL LENGUAJE DEL ESPÍRITU SANTO: PROFECIA, VISIONES Y SUEÑOS
            PERMANECER EN CRISTO

            ¿PODEMOS TENER HOY LA MISMA FE QUE ÉL SEÑOR JESÚS TENÍA?

            Texto Principal: Deuteronomio 30:14; Juan 5:19-20; Juan 12:49-50; Hechos 4:31-33

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            Introducción: El Señor Jesucristo jamás actuó independientemente del Padre. Por el contrario, Él comprendía que como el Padre y Él eran uno, hacía sólo lo que el Padre le mostraba. La autoridad de Jesús no fue usurpada, sino derivada de la autoridad del Padre. El Señor Jesucristo no habló ni hizo nada por su propia cuenta, sino lo que el Padre le dijo que dijera e hizo lo que vio hacer al Padre.

            I. LA PALABRA DEL PADRE EN LOS LABIOS DE JESUS

            Esta es una maravillosa declaración del Señor Jesucristo: (Juan 12:49-50) “Porque yo no he hablado por mi propia cuenta; el Padre que me envió, él me dio mandamiento de lo que he de decir, y de lo que de hablar. Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho”.

            1. Jesús declaró que descendió del cielo no para hacer su propia voluntad sino la voluntad del Padre.
            2. El poder de las palabras del Padre en los labios de Jesús. Las maravillosas palabras que El habló fueron las palabras del Padre.
            3. El Señor Jesús dijo: “Porque lo que yo veo hacer al Padre, eso hago yo también”. (Juan 5:19-20) “De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis”.
            4. Los milagros que el Señor Jesús hizo fueron los milagros del Padre. (Juan 14:10) “¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuentas, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras”.
            5. Jesús se conocía a sí mismo. Él sabía que Dios era su propio Padre. Él sabía que había venido del Padre. Él sabía que regresaría al padre. El conocía su lugar y su obra.
            6. Él Señor Jesús tomó su lugar e hizo la parte que le correspondía como Hijo de Dios; Él no dudó en sus Palabras ni en las obras que podía hacer. Las palabras que él hablo estaban llenas de fe. Había seguridad en cada uno de sus pasos. 

            II. NUESTRA POSICION Y LIBERTAD EN CRISTO

            ¡Si! Porque fuimos redimidos del poder del enemigo. (Colosenses 1:13-14) “El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, y en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados”.

            1. Fuimos liberados de las tinieblas y trasladados al reino del Hijo de su amor. Nuestros pecados fueron borrados. Ya no tenemos nada que ver con la esclavitud ni con la vida pasada, porque fuimos recreados. (2 Cor. 5:17-18) “De modo que si alguno está en Cristo, nueva Criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”.
            2. Satanás no tiene dominio sobre la nueva creación. ¡Somos la nueva creación! Estamos reconciliados con el Padre. Esto significa un compañerismo perfecto. Si estamos reconciliados podemos acercarnos a la presencia del Padre sin temor ni condenación.
            3. Con la reconciliación vino la justificación, la habilidad para estar en la presencia del Padre sin condenación o inferioridad.
            4. Jesús no tenía mayores privilegios que los que tenemos nosotros como hijos de Dios: Jesús no tenía conciencia de pecado; nosotros tampoco la tenemos. Dios nos declaró justo en su propia Justicia por la misma Palabra Viviente de Dios. 
            5. Jesús no tenía mejor Justicia que la que tenemos nosotros. Porque Dios es nuestra Justicia. Jesús no tenía mejor compañerismo que el que nosotros tenemos, porque nuestro compañerismo ha sido originado por Dios mismo.

            III. EL SEÑOR JESÚS NO TENÍA MEJORES DERECHOS EN LA ORACION O MAS PODER SOBRE LOS DEMONIOS QUE EL QUE TENEMOS NOSOTROS

            Si la Palabra de Dios significa lo que dice, entonces, tenemos una posición ante el Padre, derechos y privilegios que no hemos aprovechado.

            1. Todo lo que Jesús era para Dios el Padre aquí en la tierra, nosotros también lo podemos ser.
            2. Tenemos el mismo Espíritu Santo que Jesús tenía. Tenemos las mismas palabras del Padre que Jesús habló. En nuestros labios hoy podemos tener el mismo mensaje que Jesús tenía.
            3. ¡Qué vida de oración tan grande nos espera! Jesús sabía quién era. Él sabía por qué había venido. Nosotros podemos saber que estamos en Cristo. Somos nuevas creaciones, creados en Cristo Jesús. Tenemos Su Naturaleza.

            Conclusión: Nosotros podemos saber exactamente quienes somos y por qué somos, así como Jesús lo supo. Jesús conocía a su Padre. Él dijo: “Yo salí del Padre, y vine al mundo. De nuevo dejo al mundo y regreso a mi Padre.” Nosotros podemos conocer a nuestro Padre. Somos nacidos de Dios y Dios es nuestro Padre. Nosotros podemos conocerle a Él tan realmente como el Señor Jesús lo conoció.

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            Iglesia Cristiana PAI 2022
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