
EL SEÑOR DA LA PAZ

EL FRUTO DEL ESPÍRITU
LAS OBRAS DE LA CARNE

Texto Principal: Gálatas 5:16-21; Romanos 8:12-13.
Introducción: La Biblia nos enseña dos posibles direcciones en la vida, y nos muestra sus consecuencias. Dios dice que los cristianos tenemos la capacidad de escoger de hacer algo que no es característico de nosotros, esto es, andar conforme a la carne y nos advierte que no lo hagamos.
I. LAS OBRAS DE LA CARNE
Las obras de la carne pueden categorizarse como pecados sexuales, pecados relacionados con las religiones paganas y los pecados del temperamento o carácter. (Gálatas 5:19-21).
Pecados sexuales: (Gálatas 5:19) “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia”.
- Adulterio: relaciones sexuales de una apersona casada con alguien que no sea su conyugue.
- Fornicación: conducta y relaciones sexuales inmorales; incluye la pornografía.
- Inmundicia: pecados sexuales incluye pensamientos y deseos del corazón.
- Lascivia: deseo sexual o la lujuria sin control. Implica la imposibilidad de controlar la libido (deseo de placer sexual), lo que puede derivar en una obsesión, desenfreno. (Colosenses 3:5)
Pecados relacionados con las religiones paganas: (Gálatas 5:20) “Idolatría, hechicería…”
- Idolatría: adoración de espíritus, personas o imágenes talladas; confianza en cualquier persona, institución u objeto como si tuviera igual o mayor autoridad que Dios y Su Palabra.
- Hechicería: brujería, espiritismo, magia negra, adoración de demonios. (Apocalipsis 9:21).
Los pecados del temperamento o carácter: (Gálatas 5:20-21) “…enemistades, pleitos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; a cerca de las cuales os amonesto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”.
- Enemistades: intenciones y acciones hostiles y odio extremos.
- Pleitos: antagonismo, lucha por la superioridad. (Romanos 1:29)
- Celos: resentimiento, envidia del éxito de otro. (Romanos 13:13).
- Iras: enojo explosivo que se convierte en palabras y acciones violentas. (Colosenses 3:8).
- Contiendas: una persona interesada en su propio bienestar, susceptible de ser sobornada, ambiciosa que busca solo oportunidades de promoción. (Filipenses 1:16)
- Disensiones: causan divisiones (Romanos 16:17)
- Herejías: enseñanzas que causan división en la iglesia y destruyen su unidad. (1 Corintios 11:19).
- Envidias: antipatía resentida de otra persona que tiene algo que se desea.
- Homicidios: dar muerte a una persona.
- Borracheras: deterioro del control físico o mental por la ingesta de bebidas alcohólicas.
- Orgías: fiesta desenfrenada que incluye alcohol, drogas y sexo.
II. HAGAMOS MORIR LAS OBRAS DE LA CARNE.
La carne permanece en los creyentes después de su conversión y es uno nuestros enemigos.
- Los que practican los deseos de la carne “no heredaran el reino de Dios” (Gálatas 5:21).
- Démosle muerte a cualquier pecado en nuestras mentes, tanto en palabra como en las obras. (Romanos 8:7) “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”.
- Por el poder del Espíritu Santo hacemos morir las obras de la carne y vencemos el poder del pecado.
III. QUE EL PECADO NO REINE EN NUESTRO CUERPO.
Una persona es esclava de aquello ante lo que se inclina y de lo que reconoce como su dueño. (Romanos 6:12) “No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias”. (Romanos 6:16) “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavo para obedecerle, sois esclavos de aquel a quién obedecéis, sea el pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”.
- Si obedece el mandato del pecado, éste es entonces su amo y se mueve en dirección hacia la muerte.
- Si se somete y obedece el mandato de la justicia, experimenta la verdadera vida.
Conclusión: Resistamos y crucifiquemos la carne démosle muerte mediante el Espíritu Santo y presentemos nuestros cuerpos a Dios como vivos entre los muertos. (Romanos 8:13-14) “Porque si vivís conforme a la carne moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia”.