
COMPAÑERISMO CON DIOS

Su cuerpo físico es afectado tan positivamente por esta nueva paz interna con Dios
TENEMOS LA MENTE DE CRISTO

LECTURA BÍBLICA (Lucas 18:24-30)
VERSÍCULO DE LA SEMANA ANTERIOR: “Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5).
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: “Todo lo que pidieres en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22)
PREGUNTAS INTRODUCTORIAS
- Según (Romanos 3:24-25) ¿A quién puso Dios como propiciación?
R/ AL SEÑOR JESUCRISTO
- ¿Qué paso por alto Dios para manifestarnos su justicia? (Romanos 3:25)
R/ LOS PECADOS PASADOS
- ¿A quiénes justifica Dios? (Romanos 3:26)
R/ A LOS QUE SON DE LA FE DE JESUS
- ¿Cuál es la ley que excluye la jactancia? (Romanos 3:27)
R/ LA LEY DE LA FE
TENEMOS LA MENTE DE CRISTO
(1 Corintios 2:16) “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”.
(Isaías 55:8-9) “Porque mis pensamientos no son vuestro pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos”.
(Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
(Salmo 1:1-3) “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a las corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará”.
Introducción: Dios no piensa como pensamos los seres humanos. Sus pensamientos y caminos son más altos que los nuestros (Isaías 55:8-9). Pensemos los pensamientos de Dios.
- EL HOMBRE NATURAL, EL HOMBRE CARNAL Y EL HOMBRE ESPIRITUAL
EL Espíritu Santo responde al espíritu del hombre regenerado, no a la mente.
- El hombre natural. Es el hombre no regenerado; él no percibe las cosas que son del Espíritu, no las puede entender (1 Corintios 2:14) “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.
- El hombre carnal. Es el hombre regenerado, nacido nuevo pero vive de forma parecida a los que no lo son, son los creyentes inmaduros.
- El hombre espiritual. Es el hombre regenerado, nacido nuevo que ha sometido sus pasiones y deseos pecaminosos a la autoridad del Espíritu de Dios.
- POR EL NUEVO NACIMIENTO ENTRAMOS EN ÉL REINO DE DIOS
(Juan 3:3-5) “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”.
- En el nuevo nacimiento el espíritu humano fue recreado, regenerado. Nuestro espíritu que estaba muerto en delitos y pecados Dios lo resucitó, nos dio su Vida. (Efesios 2:1) “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestro delitos y pecados”.
(Efesios 2:5) “Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asi mismo nos hizo sentar en lugares celestiales con Cristo Jesús”.
- El alma del nuevo creyente comienza el proceso de transformación. Este proceso se inicia con el cambio de mentalidad.
- EL CAMBIO DE MENTALIDAD
Se requiere de la renovación de la mente. Es urgente el cambio de mentalidad. Dios dice en (Isaías 55:7) “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”.
- (Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
- (Efesios 4:23) “Y renovaos en el espíritu de vuestra mente”.
- CUANDO NACIMOS DE NUEVO RECIBIMOS LA MENTE DE CRISTO
(1 Corintios 2:16) “Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”.
- La mente de Cristo en nosotros debe ser llena de los pensamiento de Cristo. (Colosenses 3:16) “La Palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y canticos espirituales”.
- Los pensamientos de Cristo están escritos, son las Palabras del Padre.
- La meditación es una herramienta muy poderosa de la mente; Dios nos manda a meditar en Su Palabra día y noche.
- Entre más meditemos en Sus pensamientos, más estos saturarán todo nuestro ser y empezaremos a aprender cómo piensa Él.
- LA MEDITACION EN LA PALABRA PRECEDE AL ÉXITO
La meditación en la Palabra de Dios hace que brote la sabiduría y el poder sobrenatural de Dios en nosotros.
- Dios le dijo a Josué, el caudillo que introdujo a los hijos de Israel a la tierra prometida: (Josué 1:8) “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarán en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.
- (Salmo 1:1-3) “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a las corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace prosperará”.
- Cuando hablamos la Palabra de Dios –reflexionamos sobre ella, considerándola, digiriéndola y soñando con todas las grandes promesas que Dios nos ha dado- algo sucede; empezamos a extraer el poder divino, tal y como un árbol extrae del suelo en el que está plantado.
- El salmista dijo: (Salmo 119:162) “Me regocijo en tu Palabra como el que halla muchos despojos”.
Conclusión. Porque tenemos la mente de Cristo, pensemos sus pensamientos. Meditemos en la Palabra de Dios día y noche para que y ella se convertirá en parte de nosotros y como resultado “todo saldrá bien”.