
Traed todos los diezmos al alfolí

Traed todos los diezmos al alfolí
Abra sus ojos espirituales y vea el valor que usted tiene

Es una necedad creer que las riquezas de Dios en esta tierra han sido puestas para que los no creyentes las controlen; Dios las creó para que nosotros, sus hijos, las disfrutemos y usemos en Su plan de amor para la gente. Pero como Dios no va a ir en contra de la voluntad de cada persona, debe esperar hasta que usted se atreva a desear tener esas bendiciones.
Hace un tiempo aprendí que, si yo quiero lo que Dios quiere, entonces ese deseo es santo y bueno y tendré lo deseado. ¿Qué quiere Dios?
- Él quiere lo que quiso en el principio; Él quiso que Adán y Eva fueran felices, saludables, productivos y vivieran en abundancia.
- Entonces, Satanás tentó a Adán y a Eva y ellos rechazaron la integridad de Dios y perdieron el derecho a poseer el estilo de vida y las riquezas que Dios había creado para ellos y toda su descendencia.
- Pero Dios nos ama demasiado y no quiere ver al ser humano languidecer en la pobreza, la soledad, la culpabilidad y el deterioro.
- Por ese grande Amor, Dios nos dio a Jesucristo, Su Hijo, para que viniera y asumiera el castigo que nuestros pecados merecían, y estableció una sola condición para el ser humano: Que creyera en Él.
- Si usted cree en Él, será justificado y quedará como si jamás hubiera pecado. Entonces Dios podrá vivir en usted de nuevo y todos los derechos que perdió en Adán le serán restaurados y usted será restaurado en su relación con Dios.
Abra sus ojos espirituales y vea el valor que usted tiene porque fue creado a imagen de Dios. Identifíquese con lo que Cristo hizo por usted y crea que ya recibió de nuevo la vida de Dios.
Desee lo que Dios ha restaurado para usted. Actúe para hacerlo suyo y obtenga el éxito y la prosperidad integral.
No es malo desear aquello que Cristo proveyó cuando murió. Si Cristo pagó por ello, es porque El desea que usted lo tenga. Eso hace que sea legal que usted desee este nuevo estilo de vida y actúe para obtenerlo.
Reconozca que sus deseos son realmente los deseos de Dios expresados por medio de usted. La medida con la que le permita a Dios ser, hacer o tener en y a través de usted, depende de la intensidad de los deseos que usted tenga para ser, hacer o tener en la vida.