LECTURA BÍBLICA (Romanos 3:21-31)
VERSÍCULO DE LA SEMANA ANTERIOR: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10)
VERSÍCULO PARA MEMORIZAR: “Me regocijo en tu Palabra como el que halla muchos despojos” (Salmo 119:162)
PREGUNTAS INTRODUCTORIAS
R/ GUARDAR LA LEY
R/ GUARDAR LAS ORDENANZAS DE LA LEY
R/ LA DEL CORAZON, EN ESPÍRITU, NO EN LETRA
R/ DIOS, NO LOS HOMBRES
EL PODER DE LA FE OBRA CUANDO LA PALABRA DE DIOSLLEGA A SER REALIDAD PARA NOSOTROS
Introducción: La fe viene de Dios. Él nos dio una medida de fe. Sin embargo, lo que hagamos con la fe depende de nosotros. Mientras más meditemos en la palabra, nuestra fe aumentará de manera poderosa. Cada día de nuestra vida, necesitamos más y más fe. Es por la fe que nos comunicamos con Dios, la fe opera en el reino espiritual y en el poder sobrenatural de Dios.
I. ¿QUÉ ES LA FE?
Hebreos 11:1: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. La palabra “certeza” significa “algo que tiene existencia actual. La fe percibe como un hecho real lo que no es revelado por los sentidos. La fe es creer sin cuestionar quien es Dios, lo que Él hace o lo que Él dice o aún sin comprenderlo. Romanos 10:17: Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. La fe viene en un en un instante, cuando El Espíritu de Dios toma la Palabra que hemos leído, meditando o escuchado y la enciende como fuego en nuestro espíritu. La fe es poder cuando la Palabra de Dios llega a ser la verdad para nosotros. El médico dice: “Tiene cáncer.” Pero la Palabra de Dios dice, “Por las llagas de Jesús estas sano.”
II. LA FE SE BASA EN CONOCER A DIOS Y EN LA INTEGRIDAD DE SU PALABRA
El valor de una promesa depende de la integridad de la persona que hace la promesa. Si esa persona es mentirosa, no podemos estar seguros de que habla con la verdad. Dios nunca miente. ¡no hay nadie más integro, real y verdadero!. La Biblia contiene las palabras actuales y eternas de Dios. Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios” Si queremos agradar a Dios debemos vivir, caminar, trabajar y hacer todo lo que hacemos por la fe. Si permitimos que la duda permanezca en nosotros, no podemos agradar a Dios.
Cuando todo se ve oscuro, cuando no haya nada que hacer, debemos decir como Job, Job 13:15-16 NTV: Dios podría matarme, pero es mi única esperanza; voy a presentar mi caso ante él.Esto es lo que me salvará: no soy ningún impío. Si lo fuera, no podría estar delante de él. Job lo había perdido todo, familia, amigos, prosperidad, pero aún mantenía su fe en Dios. Se necesita fe para alcanzar y recibir todo lo que Dios tiene preparado para nosotros en su grandiosa redención.
III. LA FE NO ES UNA ESTRATEGIA, ES UN ESTILO DE VIDA
La fe no es “una estrategia” que usamos para obligar a Dios a darnos lo que deseamos. Gálatas 3:11: …El justo por la fe vivirá. Antes de la salvación nuestro espíritu estaba muerto, pero con la salvación nuestro espíritu revivió. Recibimos una nueva naturaleza, todo ese proceso fue por la fe. Nuestro espíritu conoce lo sobrenatural y entiende la Palabra de Dios. La fe está en el reino espiritual, no es un producto de la mente. Dios creó al hombre un ser tripartito. 1 Tesalonicenses 5:23: Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Somos un espíritu, tenemos una alma y vivimos en cuerpo. Entonces la mente debe escuchar lo que dice el espíritu, y el cuerpo hará́ lo que la mente dice. Si nuestro espíritu controla nuestra mente y nuestro cuerpo, seremos creyentes poderosos.
Debemos aprender a caminar por fe y no por vista, movernos desde el reino natural al reino del Espíritu. Una persona puede creer con su mente que Jesús es el Hijo de Dios, sin embargo nunca ha creído con el corazón, ni le ha pedido que lo salve y que sea el Señor de su vida. La fe es un paso más que la creencia; la fe pone su creencia en acción. Cuando alguien no recibe respuesta a la oración, debido a que duda de la Palabra de Dios. Si no hemos recibido la respuesta, nosotros somos los que tenemos que cambiar, no Dios, ni su palabra.
IV. LA FE NO ES LO MISMO QUE LA ESPERANZA
Una de las razones más comunes del por qué las oraciones no son contestadas, es porque la gente está́ operando en la esperanza. La fe no es lo mismo que la esperanza. La esperanza es buena, precede a la fe. Pero si nos quedamos en la zona de la esperanza que algo ocurra en el futuro, estamos deteniendo nuestro milagro. Jesús dijo en Marcos 11:24 NVI: Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán. Jesús no dijo que creyéramos para que en algún momento del futuro lo recibiríamos. Él lo dijo en el tiempo pasado, “Crean que ya lo han recibido.” La esperanza es creer que algún día “lo recibiremos.” Pero cuando la fe viene por el Espíritu Santo, hace el cambio de una Palabra de Dios escrita a una palabra personal dirigida a nuestro espíritu e inmediatamente creemos que lo hemos recibido y lo obtenemos. Quizá́ aún no hemos visto con nuestros ojos físicos la certeza, pero lo hemos visto con ojos espirituales.
La mujer con el flujo de sangre oyó́ acerca de Jesús, la fe vino a su espíritu, por eso jamás pensó y dijo: “Algún día en el futuro, será sana…” Ella puso su tiempo exacto en el asunto. Mateo 9:21-22 NTV: porque pensó: «Si tan solo toco su túnica, quedaré sana» 22 Jesús se dio vuelta, y cuando la vio le dijo: «¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado». Y la mujer quedó sana en ese instante. “La esperanza está en el futuro. La fe es ahora” “La esperanza dice, “Lo recibiré́ algún día.” La fe dice, “Ya lo tengo.” La esperanza dice, “Yo sé que es la voluntad de Dios sanar a otros, a lo mejor me sana”. La fe dice, “Soy sano desde hace 2.000 años”. No nos quedemos más en la zona de la esperanza, lleguemos a la fe poderosa. Porque la fe es poder cuando la Palabra de Dios llega a ser la verdad para nosotros. La fe no es el producto del razonamiento. Lo que percibimos por el razonamiento o la lógica no es fe. La fe es lo opuesto a la razón. Proverbios 3:5: Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia
Conclusión: Cuando Jesús mandó al hombre con la mano seca que estirara su mano, el razonamiento diría, “No puedo, cómo se le ocurre”.” La fe dice, “Sí puedo,” y lo hizo. La fe no es el producto de la mente, sino del espíritu. La fe es una fuerza tangible; cambiará nuestras circunstancias, nuestra salud, nuestras familias y aún nuestros países. La fe es poder cuando la palabra de Dios, llega a ser la verdad para nosotros.