Texto Principal: Efesios 2:19; Filipenses 3:20; 2 Corintios 6:18; Gálatas 4:6-7
Introducción: Para sobresalir en la fe y en la vida de oración debemos conocer y apropiarnos de nuestros derechos legales dentro de la Familia de Dios.
I. EL SEÑOR JESUCRISTO SATISFIZO LEGALMENTE LAS NECSIDADES DE LA HUMANIDAD
La muerte del Señor Jesucristo fue una muerte legal para satisfacer las necesidades legales de la humanidad; y su sacrificio, su obra substitucionaria fue aceptada Dios Padre.
- Todos los hombres tienen el derecho legal de aceptar a Jesucristo como Su Salvador y confesarlo como su Señor, lo cual les da el derecho legal a la Vida Eterna y a la naturaleza de Dios. (Juan 1:12-12).
- Esto convierte al hombre en hijo de Dios.
- Dios nos impartió su justicia y legalmente nos hizo sus hijos. (2 Corintios 5:21) “Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él”.
II. NUESTROS DERECHOS COMO MIEMBROS DE LA FAMILIA DE DIOS
Como miembros de la familia de Dios tenemos legalmente los derechos de los hijos. ¿Cuáles son nuestros derechos?
- El derecho legal a la protección y al cuidado de su Padre. (Hebreos 13:5-6) “… porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: Él Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre”.
- Dios pelea por nosotros; Él es nuestro protector. (Isaías 42:13) “Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos”.
(Isaías 41:10) “No temas, porque yo estoy contigo…”.
(Salmo 24:8) “¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el poderoso en batalla”.
(Salmo 46:7) “Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob”.
(Salmo 121:7-8) Jehová te guardará de todo mal; Él guardará tu alma…”.
(Josué 1:5) “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé”.
- Nuestro Padre Dios siempre está atento a suplir nuestra necesidades diarias. (Mateo 6:25-26
- Tenemos el derecho legal de emplear el Nombre de Jesús en oración y para encararnos a las fuerzas diabólicas.
- En oración: (Juan 16:23-24) “… de cierto os digo, que todo cuanto pidieres al Padre en mi nombre, os lo dará. Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido?”.
- Para encarar a satanás y a los demonios: (Marcos 16:17-18) “Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios…”.
- Tenemos el derecho legal a que el Espíritu Santo more en nuestra vida. (Hechos 1:8) “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”.
- Tenemos derecho a disfrutar de todas las promesas que nuestro Padre Dios nos ha dado en Su Palabra.
- Tenemos el derecho legal a la perfecta redención del poder de Satanás, de la enfermedad, del dolor, de la pobreza y de la pobreza. (Colosenses 1:13-14).
- Tenemos el derecho legal de estar en la presencia del Padre porque el Señor Jesús se convirtió en nuestra Justicia. (Hebreos 4:16) “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia…”. (Hebreos 10:19-20) “Así que hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es de su carne…”.
- Tenemos derecho legal al cielo como nuestro hogar. (Filipenses 3:20) “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”.
III. OREMOS AL PADRE CREYENDO EN LOS DERECHOS QUE TENEMOS COMO SUS HIJOS
La razón por la que muchas oraciones no tienen respuesta es por la falta de conocimiento de nuestros derechos legales como hijos de Dios.
- Es un error vivir en la ignorancia. El Señor Jesús dijo en (Mateo 22:29) “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”.
- Oremos al Padre con la plena certeza de que Él cumple Su Palabra (Isaías 55:11) “Asi será mi Palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envíe”. (1 Reyes 8:56) “Bendito sea Jehová, que ha dado paz a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había dicho; ninguna palabra de todas sus promesas que expresó por Moisés su siervo ha faltado”.
Conclusión: El conocimiento de nuestros derechos como hijos de Dios, quita a la oración de la esfera de la duda y la coloca en la esfera de la absoluta certeza. Eso es orar con fe.