Texto Principal: Mateo 6:9-13

Introducción: Orar es entrar en la sala del Trono de Dios, el Lugar de Su presencia; oramos a nuestro Dios Padre en el nombre del Señor Jesucristo. No entramos en la presencia del Padre como extraños sino como sus hijos. 

I. POSEIDOS POR LA NATURALEZA DE LA MUERTE

Por causa del pecado Adán perdió la naturaleza divina que Dios le dio cuando lo creó. Por el pecado entró muerte, y paso a todos los hombres (Romanos 5:12).

1. La Naturaleza divina, la Vida Eterna no podía serle impartida al hombre por causa del pecado.
2. El hombre pertenecía al reino de la muerte. El Señor Jesucristo como nuestro sustituto se identificó con nuestros pecados, él fue hecho pecado por nosotros para que cualquier ser humano que crea en Él y lo reciba como su Nuevo Señor y Salvador sea libre del pecado y sus consecuencias.

II. ¿POR QUE SOMOS HIJOS DE DIOS?

Somos hijos de Dios porque Él nos engendró, Él hizo posible que la Vida Eterna que se perdió por causa del pecado de Adán, la recuperáramos por medio de Cristo Jesús. Dios nos dio vida juntamente con Cristo (Efesios 2:5). Para que Dios pudiera impartirnos Su Vida, fue necesaria nuestra redención, la justificados y el nuevo nacimiento.

1. La realidad de nuestra Redención en Cristo. La iglesia solo ha tenido un concepto teológico de la redención. Jamás ha sido una parte de nuestra vida diaria (Colosenses 1:13-14).
2. En la mente del Padre la redención es una realidad. La redención significa que Satanás fue completamente derrotado y despojado de su autoridad y dominio, de modo que cualquier hombre, no importa cuál haya sido su condición, y cuanto haya pecado, puede, si cree en el Nombre de Jesús y confiesa su Señorío, salir de la esclavitud a la perfecta libertad.
3. Porque esta redención es una realidad, ahora podemos decir: “Soy libre, El Hijo de Dios me hizo libre, soy libre en realidad”. Jesús dijo en (Juan 8:36) “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres”.
4. La realidad de nuestra justificación. Ser justificados significa que la justicia de Dios ha sido manifestada en nosotros y ya no hay nada de que se nos pueda acusar delante de Dios. La justificación la recibimos por Su gracia, es gratuita (Romanos 3:24) “Siendo justificados gratuitamente …”
5. Muchos ministerios han mantenido a la iglesia bajo una conciencia de pecado. Cada vez que se reúnen son inducidos a confesar de sus pecados pasados. Así se ministraba en el Antiguo Testamento a los israelitas.
6. En el Antiguo Pacto, la sangre de los toros y de los machos cabríos no podía quitar el pecado, porque si hubiera podido, los adoradores, habiendo sido limpiados una vez, no tenían más conciencia de sus pecados. En aquellos sacrificios hay un recordatorio de los pecados cada año. (Hebreos 10:3-4) “Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados; porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados”.

(2 Corintios 5:21) “Al que no conoció pecado por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él”.

(Hebreos 10:11-14) “Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificio, que nunca pueden quitar los pecados…”.

• “¿Qué es la justicia de Dios?” Es la capacidad de estar en la presencia del Padre sin sentimiento de culpabilidad, condenación o inferioridad. Es la capacidad de presentarnos ante Él como los verdaderos hijos e hijas de Dios todopoderoso, de modo que podemos acercarnos confiadamente a trono de la gracia y hacer nuestras peticiones así como Jesús las haría al estar ante el Trono.
• La realidad de la Nueva Creación (Nuevo Nacimiento). La Nueva creación no es simplemente “Perdón de pecados”, “Conversión”, “Cambiar de religión”, o “Unirse a una iglesia”.
• La Nueva Creación representa el hecho de que pasamos de muerte a vida, de la naturaleza satánica, a la Vida, al Reino de Dios. 
• Dios nos impartió Su Naturaleza. El viejo yo, el viejo hombre, fue crucificado con Cristo.
• Fuimos creados en Cristo Jesús (Efesios 2:10). 

III. LA PRESENCIA DE DIOS EN NOSOTROS

Hemos ignorado la realidad de la presencia de Dios en nosotros. (1 Juan 4:4) “…porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo” (Filipenses 2:13) “Porque Dios es el que en vosotros produce …”

1. No solo nacimos de nuevo, y nos convertido en verdaderos hijos de Di os, sino que El vino e hizo Su morada en nosotros.
2. Somos templo de Dios (1 Corintios 3:16) “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”.

Concusión: Cuanto aceptamos a Jesucristo como nuestro Salvador y lo confesamos como el nuestro nuevo Señor de nuestra vida; Dios nos impartió su propia Naturaleza. La Vida Eterna, nos hizo “una nueva especie”, un hombre nuevo sobre el cual Satanás no tiene dominio. Dios vive en nuestros cuerpos. ¡Amén, gloria a Dios!