JESÚS PUSO SUS MANOS Y ELLA SE ENDEREZÓ LUEGO, Y GLORIFICABA A DIOS
JESÚS DIJO: EN ÉL MUNDO TENDREIS AFLICCION; PERO CONFIAD
CREADOS PARA LA ALABANZA DE LA GLORIA DE DIOS.
Texto Principal: Efesios 1:4-6,12; Juan 4:24; Salmo 100:4; Salmo 96:1-4.
Introducción: El anhelo de Dios es tener comunión con nosotros; Él nos creó para Su propio placer. Dios disfruta de la comunión con nosotros sus hijos. (Efesios 1:4-6) “Según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el amado”. (Efesios 1:12) “a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo”.
I. DIOS QUIERE NUESTRO AMOR, ALABANZA Y ADORACIÓN.
Es verdad que Dios quiere suplir todas nuestras necesidades. Pero más que eso, Él quiere nuestro amor, nuestra adoración y la alabanza que salga de nuestros corazones. Alabemos a Dios con el entendimiento y con el espíritu (1 Corintios 14:15) “¿Qué, pues? Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento; cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento”.
- Alabanza, hebreo, tehillah, significa una celebración, exaltación de alguien digno de enaltecimiento; la alabanza o exaltación de Dios la expresamos con cantos de admiración o alabanza.
- La vida de los primeros cristianos. Ellos se reunían en el templo para ministrar al Señor.
(Lucas 24:50-53) “Y los sacó fuera hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo. Y aconteció que bendiciéndolos, se separó de ellos, y fue llevado arriba al cielo. Y ellos, después de haberle adorado volvieron a Jerusalén con gran gozo; y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amen”.
II. LA ALABANZA PROVOCA LA MANIFESTACIÓN DE LA PRESENCIA DE DIOS.
Cuando nuestros corazones están sometidos al Señor, llenos de amor y de alabanza, el Espíritu Santo se manifiesta. Dios se mueve en un ambiente de adoración y alabanza. (Hechos 13:2) “Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado”.
- Cuando la iglesia ministra al Señor, el Espíritu Santo se mueve poderosamente.
- La alabanza y la adoración en la congregación (Efesios 5:19-20).
III. EL PODER DE LA ALABANZA.
Pablo y Silas fueron azotados, despojados de sus ropas, desnudos y en el calabozo. Sus pies estaban asegurados en el cepo. (Hechos 16:22-25) “Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibiendo este mandato, os metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”.
- Dios oyó la oración y recibió la alabanza de Pablo y Silas; ellos no se quejaron, alabaron a Dios, aunque las circunstancias no eran favorables. (Hechos 16:25).
- Pablo y Silas estaban en la cárcel, pero no dejaron que la cárcel entrara en ellos. Los problemas nos atacan a todos, pero nuestra actitud hacia ellos hace la diferencia entre la victoria y la derrota.
- Dios es el obrador de milagros. La liberación vino mientras alababan a Dios. (Hechos 16:26) “Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron”.
- Josafat y el pueblo de Dios alabaron a Dios en medio del conflicto. Los reyes de Moab, Amón y otros reyes de la tierra vinieron a atacar al pueblo de Dios (2 Crónicas 20:15-22).
- Dios pelea por nosotros (2 Crónicas 20:15) “No temáis ni os amedrentéis delante de esa multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra sino de Dios”.
- La alabanza provocó la manifestación de la presencia de Dios. El ejército de Israel avanzó “cantando alabanzas al Señor”. (2 Crónicas 20:21) “Glorificad al Señor, porque su misericordia es para siempre”.
- Cuando comenzaron a cantar alabanzas, Dios hizo el milagro. (2 Crónicas 20:22) “Cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y de los del monte de Seir que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros”.
Conclusión: No importan los problemas por los que estemos pasando, alabemos y adoremos al Señor siempre, fuimos creados para la alabanza de la gloria de Dios.