
LAS BENDICIONES DE LA REDENCIÓN

EL DIOS TODOPODEROSO
EL PODER Y LA AUTORIDAD ESPIRITUAL

Texto Principal: Colosenses 3:10; Romanos 8:11; Efesios 1:19-20; Luc. 10:19
Introducción: “Exousia”, es una apalabra griega que significa: Dominio, imperio, potestad. El Padre le dio toda autoridad en el cielo y en la tierra al nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo; él nos delegó a nosotros Su Nombre para que lo representemos aquí en la tierra y ejerzamos dominio sobre todos poderes de las tinieblas.
- EL ADEVERSARIO FUE VENCIDO Y DESPOJADO DEL BOTÍN
Desde la caída de Adán en el huerto de Edén, satanás se convirtió en el opresor y el acusador de la humanidad. Ningún ser humano después de Adán pudo liberarse de ese dominio.
- El Señor Jesucristo vino para destruir al que tenía el imperio de la muerte (Hebreos 2:14-15) “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.
- Jesucristo venció y despojó a satanás y todos los poderes de las tinieblas. (1 Juan 3:8) “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo”; (Colosenses 2:15) “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
- El botín que el Señor Jesucristo le arrebató a satanás es la tierra y los seres humanos.
- JESUCRISTO ES EL SEÑOR
Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, el Padre lo elevó por encima de todos poderes visibles e invisibles. (Filipenses 2:8-11) “Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
- El Señor Jesucristo está sentado en el Trono a la diestra del Padre. Todos sus enemigos están debajo de sus pies (Efesios 1:22) “Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia”.
- El Señor Jesús tiene toda autoridad en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18) “Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”.
- El Jesús está por encima de todo lo visible e invisible (Efesios 1:20-21) “La cual operó en Cristo resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero”.
- EL SEÑOR JESUCRISTO NOS DELEGÓ SU PODER Y AUTORIDAD
La palabra atar significa prohibir E impedir; desatar es permitir. (Mateo 16:18-19) “A ti te daré las llaves del reino de los cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en los cielos, y todo lo que desates en la tierra será desatado en los cielos”.
- Considerémonos como lo que somos en Cristo: “Hijos redimidos, perdonados y justificados de Dios”.
- El Señor Jesucristo nos delegó Su autoridad. La autoridad está en el nombre de Jesús.
- Nuestra responsabilidad es demostrar la derrota de satanás con el poder del Espíritu Santo y en el Nombre de Jesús.
- Actuemos sin temor. Satanás es un enemigo derrotado. El Señor Jesús venció a satanás de una vez y para siempre.
Conclusión. Cuando Jesús murió en la cruz, fue un momento espantoso, una hora de terrible conflicto entre las fuerzas espirituales. Cristo murió para derrotar a satanás, y resucitó para ser Señor y para justificarnos. Después que Jesús ascendió al Padre y roció su sangre, él nos concedió el derecho de representarlo aquí en la tierra; Él nos delegó la autoridad en Su nombre para que participemos de la dinámica sobrenatural y ejerzamos dominio sobre el mundo espiritual.