Texto Principal: Mateo 21:22; Santiago 1:6; Juan 1:14; Efesios 1:19-20; Colosenses 1:13-14

Introducción: No puede haber una verdadera vida de oración si no está edificada sobre la Palabra de Dios. Los hombres y mujeres que han hecho grandes cosas son los que hicieron de la Palabra de Dios una realidad en sus vidas. Nuestro ejemplo es el Señor Jesucristo, Él se centró en la Palabra del Padre, fue un hombre de fe, de oración y muy exitoso. Todo lo que Él pidió en oración el Padre se lo concedió (Juan 11:41) “… Padre, gracias te doy por haberme oído”. El Señor Jesús no tuvo crisis de fe; él no se dijo a sí mismo: “Si solo tuviese fe”.

I. CÓMO SE EDIFICA LA FE

La Palabra de Dios es la fuente de la fe. La fe tiene que ser una seguridad confiada, algo en lo que ni siquiera pensamos.

1. La fe es certeza, es estar persuadido, la fe nace y se edifica por la Palabra de Dios (Romanos 10:17).
2. La fe del Señor Jesús. Al leer las Sagradas Escrituras nos gozamos del ministerio terrenal y los milagros del Señor Jesús. Las demostraciones de la capacidad Divina en él lo caracterizaron ante las crisis. Él se encaró a un Lázaro muerto. Él estuvo calmado en medio de la tempestad del mar de Galilea. Él camino sobre las olas aquella noche en medio de un mar enfurecido, tan calmadamente como nosotros caminamos por nuestra casa. La fe del Señor Jesús tenía un toque de realeza, y una dignidad Divina que nos asombra.

II. LOS FUNDAMENTOS DE LA FE

Un fundamento seguro es una base sólida, firme, fuerte que no puede moverse ni ser destruido. La fe de Dios sólo puede ser edificada sobre un fundamento sólido -el Logos de Dios-. (Salmo 11:3) “Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?”; (1 Corintios 3:11). ¿Cuáles son los fundamentos de la fe?

1. Creer que Jesucristo vino en carne. La encarnación del unigénito Hijo de Dios tiene que ser una realidad para nosotros, es un fundamento de la fe. El milagro más sorprendente de la creación, es el milagro de la encarnación del Señor Jesucristo. (Lucas 1:35) “… El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser, que nacerá, será llamado Hijo de Dios”; (Mateo 1:18-21).
2. ¿Por qué la Deidad se humanó? La redención del hombre exigía la encarnación del Hijo de Dios. El hombre estaba espiritualmente muerto, era un hijo de Satanás, alejado de Dios. La encarnación de la Deidad proporcionó el sustituto que redimiría al hombre.
3. La deidad y la humanidad a través de la encarnación del Señor Jesús se unieron de tal modo, que el Señor pudo actuar como Mediador del hombre (Juan 14:6).
4. Sin la encarnación no huera sido posible la redención de la humanidad. El enemigo cegó los ojos espirituales de los hombres para que no crean que Jesús vino en carne (1 Juan 4:1-3).
5. La encarnación no puede ser una doctrina o una teoría. Es un hecho absoluto, Dios penetró dentro de lo humano y nos dio testimonio de su realidad (Juan 1:14).
6. Creer que Jesucristo nuestro sustituto murió en la cruz del Calvario. El Señor Jesús fue nuestro sustituto en la cruz. Estando la Deidad y la humanidad unidas, Jesús como hombre, asumió los pecados de la humana y pagó la pena que debíamos pagar por nuestros pecados.
7. El Señor Jesús satisfizo las demandas de la justicia de Dios para que toda la humanidad pudiese ser liberada del poder de Satanás (Hebreos 2:14)  (Colosenses 1:13-14)
8. Porque el Señor Jesús murió en la cruz del Calvario, todo aquel que cree en él y lo recibe en su corazón como su único salvador y nuevo señor de su vida tiene el derecho de recibir la naturaleza de Dios (Juan1:12-13).
9. Creer que Dios levantó de los muertos a Cristo Jesús.
10. Jesús resucitó de entre los muertos. (Marcos 16:5-6) “… buscad a Jesús nazareno, el que fue crucificado; ha resucitado, no está aquí; mirad el lugar donde le pusieron” (Marcos 16:9).
11. ¿Qué significa la resurrección de Cristo? Que el problema del pecado fue resuelto. Que Satanás fue conquistado. Que la humanidad fue redimida. Que Dios puede ahora, sobre una base legal, impartir su naturaleza, la Vida Eterna al hombre y hacer de él una Nueva Creación. Ahora el hombre puede ser realmente un hijo de Dios y tener compañerismo perfecto con Dios.
12. Cuando Dios le impartió su naturaleza al hombre, le impartió también su Justicia. De modo que el hombre es un coparticipe de la Naturaleza Divina y de la justicia de Dios. El hombre puede estar en la presencia del padre así como Jesús lo estuvo durante Su vida terrenal.
13. Dios puede ahora conceder el Espíritu Santo para que more permanentemente en el cuerpo de esta Nueva Creación, ahora podemos decir: “Ya no vivo yo más Cristo vive en mí.” (Romanos 4:25) es una realidad: “El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación”.

Conclusión: Todo lo que pidamos en oración al Padre con la convicción de que Él nos escucha y responde nuestras peticiones, lo recibimos (Mateo 21:22) “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis”.