
JESÚS VINO AL MUNDO A RESTAURAR LA AUTORIDAD QUE SE HABÍA PERDIDO

Actúe yendo tras lo mejor de la vida.
¿Cuáles son los pensamientos de Dios respecto a la prosperidad de sus hijos?

La Biblia dice “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas; derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:3-5). No importa quien o quienes fueron los que estructuraron nuestra mente, lo importante ahora es tomar la decisión de catapultar esas estructuras y comenzar a pensar los pensamientos de Dios sobre la prosperidad espiritual, financiera, la salud, el éxito, la familia y la felicidad.
¿Cuáles son los pensamientos de Dios respecto a la prosperidad de sus hijos? La Biblia dice: “Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra” (2 Corintios 9:8). Esta afirmación es asombrosa en todos sus alcances, fijémonos en lo siguiente:
- El poder de Dios hará que tengamos recursos siempre; y no sólo algunas veces, o los días de quincenas.
- En todas las cosas; no sólo en los asuntos espirituales.
- Todo lo suficiente; esto significa vivir libre de escasez.
- Abundéis; esto implica sobrepasar el nivel de suficiencia.
- Para toda buena obra; esto es prosperar con la motivación correcta.
En (Proverbios 3:9-10) encontramos una lista de promesas de Dios para nuestro bienestar financiero, meditemos en ellas. “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto”.
Este es un buen momento para hacernos esta pregunta: ¿En cuál de esos tres niveles están mis finanzas y las de mi familia? Ahora sabemos que Dios desea que estemos en el nivel de la abundancia, porque el Señor nunca se alegra que haya escasez en la casa de sus hijos, sino que Él quiere gozarse en nuestra prosperidad.
Nuestro Padre celestial es el mayor de los dadores. Nosotros nunca podemos ganarle en nada, y mucho menos en dar. Dios no se convertirá en deudor de nadie. Si lo honramos, Él nos honrará.
El Señor no es el causante de la miseria y la escasez en el mundo. El Señor Jesucristo llama a satanás el ladrón y el devorador. Si quebrantamos la leyes bíblicas de la prosperidad, le estamos dando un lugar al enemigo para que nos robe y devore nuestras finanzas y, créame, él lo aprovechará.
Dios se complace tanto en dar que hace dos mil años nos envió lo mejor que había en el universo: a Su Hijo Jesús. En (Romanos 8:32) la Escritura enseña una poderosa verdad al respecto: “El que no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?”
Lamentablemente muchos cristianos creen en (Juan 3:16) y allí se detienen. Creen que Dios los amó tanto que entregó a Jesús a la muerte para salvarlos a ellos; pero no son capaces de creer que ese amor perfecto quiere darles también todas las cosas.Dios no es un mezquino, no está en la banca rota ni tampoco se complace cuando sus hijos están pasando por la escasez financiera. Dios quiere que estemos enriquecidos en todas las cosas y que no nos falte nada. Cuando Cristo murió en la Cruz y resucitó de entre los muertos estaba conquistando al poder de las tinieblas para darnos la libertad en todas las áreas de nuestra vida, por supuesto que la financiera también. La voluntad de Dios es que usted viva en la prosperidad financiera. La Biblia dice: “Amado, yo deseo que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2)