
OREMOS COMO HIJOS NO COMO EXTRAÑOS

0822- DIOS HARA MARAVILLAS POR MEDIO DE NOSOTROS
Recuerde que las mejores cosas de la vida no son gratis

“De la manera que teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio, en servir, o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría” (Romanos 12:6-8). Según este pasaje de la Biblia, el Señor ha dado a cada uno de los miembros de la Iglesia diferentes dones para que contribuyan a la edificación del Cuerpo de Cristo –su iglesia-. Uno de esos dones aparece mencionado en el versículo 8 “el que reparte, con liberalidad”.
En las iglesias hacemos énfasis en los dones como el de hablar en lenguas, el de sanidades, de profecía y otros similares. Pero escuchamos muy poco sobre el don de repartir con liberalidad, con generosidad.
Esta ignorancia se debe a que satanás está interesado en que los creyentes no aprendan a utilizar sus posesiones para servir al Señor con generosidad.
Detrás de cada uno de los ministerios de enseñanza y predicación que existen en el mundo hay una gran cantidad de creyentes generosos y anónimos que invierten en ese ministerio.
Detrás de cada programa radial y los que se emiten por la televisión, siempre hay un gran grupo de hijos de Dios que invierten en ese ministerio, ellos han repartido con liberalidad.
Recuerde que las mejores cosas de la vida no son gratis.
Por eso Dios está levantando en todo el planeta un ejército de hombres y mujeres fieles. Personas con visión mundial, con un corazón generoso, y capaces de oír lo que el Espíritu Santo está hablando a esta generación.
Esta clase de gente serán los banqueros del reino, los administradores de Dios. Ellos serán quienes financien la última y gigantesca cosecha de almas que levantaremos en la tierra antes que Jesús regrese.
Las finanzas es una de la forma más efectiva para servir a Dios, (Lucas 8:2-3) dice: “Algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades, y otras muchas, seguían a Jesús, y le servían de sus bienes”.
Nosotros también fuimos perdonados, sanados y liberados por el Padre: con poder, con autoridad, con santidad y con compasión. Ahora el Señor nos está prosperando financieramente para que hagamos la obra que Él quiere que hagamos aquí en la tierra antes de su Segunda Venida.
Ya basta de dar ofrendas a manera de limosnas, no seamos avaros y egoístas. Ya es suficiente haber retenido durante tanto tiempo los recursos que nos fueron entregados para predicar el evangelio.
Dios nos ordena que sembremos en abundancia y a que repartamos con liberalidad en la misma media que estamos prosperando.
(Eclesiastés 11:2) dice: “Reparte a siete, y aún a ocho; porque no sabes el mal que vendrá sobre la tierra”
Satanás ya debe haber hablado a su mente no renovada diciéndole: “bueno, si empiezas a repartir con liberalidad, y vienen tiempos difíciles, ¿qué va a ser de tu familia?
La verdad de Dios es que si vendrán tiempos difíciles sobre la tierra y que, precisamente, esa es la razón por la que debemos empezar a repartir ahora mismo con generosidad.
Eso es lo que significa reparte a siete. En la Biblia siete es el número de lo completo y perfecto. Siete significa repartir con toda nuestra fuerza. Pero esta Escritura dice: reparte a siete, y aún a ocho. Repartir a ocho significa dar más allá de todas nuestra fuerzas, como hicieron los hermanos de la iglesia de Macedonia. La Biblia dice en (2 Corintios 8:1-2) “Asimismo, hermanos, os hacemos saber la gracia de Dios que se ha dado a las iglesias de Macedonia, porque, en las grandes tribulaciones con que han sido probadas, la abundancia de su gozo y su profunda pobreza abundaron en riquezas de su generosidad”.
Ellos dieron a la obra de Dios más allá de sus fuerzas. Dios nos ha dado este privilegio como es el de invertir en Su obra; cuando Dios nos pide algo, no es para despojarnos, Su propósito es incrementar nuestros recursos hasta que lleguemos al nivel de la sobreabundancia. Cuando sembramos en buena tierra, la cosecha que recibimos es al ciento por uno (Génesis 26:12-14). Amén. En el nombre del Señor Jesucristo declaro que la bendición del Señor se manifestará permanentemente en su vida y familia. ESTA ES UNA BUENA SEMANA, LOS BENDIGO.